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Mujeres en Toulouse 

 

El 23 y 24 de marzo -el mes de las mujeres- tres flamencas han tomado por asalto el Festival Flamenco de Toulouse (creado y dirigido por otra mujer, Mª Luisa Sotoca), y lo han hecho por partida doble.

26 de marzo de 2017 
S.A. Ruiz
 
Fotos: Fabien Ferrer

  

Sara Calero y Gema Caballero pusieron el alma en  una exquisitez de espectáculo titulado Petisa Loca. 

‘PETISA LOCA’, LA INTELIGENTE DELICADEZA DE SARA CALERO

Baile: Sara Calero. Cante: Gema Caballero. Guitarra: José Almarcha. Música electrónica: The Lab. Idea original y dirección: Sara Calero y Gema Caballero.

No vamos a descubrir a estas alturas que Sara Calero es una excelente bailarina/bailaora. Ya lo viene demostrando desde hace mucho, cuando por ejemplo destacaba en formaciones de élite como el Ballet Nacional de España o la Compañías Andaluza de Danza, entre otras.  Pero Sara Calero necesitaba hablar en nombre propio, desarrollar su lenguaje personal y crear desde la nada sus propios discursos. Desde la ‘nada’ porque todas sus obras, hasta la fecha, han sido originales: nada de versiones, nada de reinterpretaciones. Tras Zona Cero, el Mirar de la Maja y Cosmogonía ahora llega la última entrega de su mundo: Petisa Loca. 

Petisa Loca es una historia de vida. La Guerra Civil fue para muchos españoles un dramático punto de inflexión y en este caso marcó el destino de la protagonista de la narración. El espectáculo comienza con versos de Explico algunas cosas de Pablo Neruda: un número estremecedor que logra incorporar al espectador de golpe en la historia. Avisamos: hay que hacer esfuerzos por contener las lágrimas.  La música electrónica de The Lab va subrayando la dureza de aquella existencia, pese a que tras la contienda, los vencedores quisieran sumergir a España en una complaciente estampa tradicionalista y bienpensante. Pero aquella sociología de pastel del franquismo y del catolicismo dejó a su paso muchas vidas rotas. La ambientación sonora de The Lab contribuye decisivamente a expresar esa tragedia soterrada que Sara Calero dibuja sutilmente con sus inquietantes interpretaciones incluso de bailes de fiesta. 

Esos dos discursos opuestos, el de la España oficial y el de la España real, presiden el primer acto de la obra. La salida de la protagonista –como la de tantos otros en aquella situación- es la emigración a América. Y ahí nos quedamos: no seguimos con el argumento porque lo mejor es que el espectador lo siga por sí mismo. 

Nos centramos ahora en el plano artístico donde tenemos que destacar que estamos ante una nueva delicia del tándem Calero-Caballero. Es difícil destacar este o aquél número en una obra tan magistralmente construida de principio a fin. Musicalmente es impecable. Gema Caballero ha demostrado nuevamente sus dotes no solo de interpretación (inapelable en esta obra), sino también de creación, porque la dirección musical es suya. Ha contado, eso sí, con excelentes colaboradores como los mencionados The Lab y el magnífico guitarrista José Almarcha. Se nota el intenso trabajo conjunto de la compañía porque el resultado tiene una coherencia casi férrea: la iluminación, la puesta en escena, el vestuario, las letras de los cantes… hasta el más mínimo detalle está sobradamente pensado y reflexionado. En realidad es la marca de la casa. Sara Calero sabe muy bien lo que quiere en cada espectáculo y es consciente de que el verdadero valor está en la conjunción de todos los elementos artísticos. Con su baile, con el cante, con la música, con la escenografía, con el atrezo, con la iluminación… con todo logra poner verdaderamente en pie una obra que, en este caso, nos cuenta la vida de una mujer que es víctima de su tiempo, pero sin un ápice de sensiblería.

 

En Petisa Loca Sara Calero demuestra una vez más su altísima calidad como bailarina y su gran talento para construir espectáculos de bellísima factura. Esta obra tiene pasajes de gran exigencia técnica que la Sara solventa con delicadeza y exquisitez. Además, vuelve a poner de relieve su destreza interpretativa defendiendo personajes dramáticos complejos (donde conviven la supervivencia y la ingenuidad) y, sobre todo, aplica una mirada inteligente a sus argumentos. La obra está perfectamente estructurada y tiene un ritmo muy acertado. En un montaje así ni cabe un final feliz ni se puede caer en la tentación de la fatalidad. No, porque se trata de la vida misma: un río de adversidades y dichas que cargan el depósito emocional que cada ser humano lleva consigo. Petisa Loca es un auténtico melodrama que Sara Calero resuelve en la danza con la maestría que Douglas Sirk, Bertolucci o Almodóvar han aplicado en el cine. 

Fotografías Fernando Marcos Y María Agar